A mis cuarenta y cuatro años cinco meses y quince días, en el mismo día en que se cumple el XV aniversario de mi matrimonio y a pocas horas de que se haya declarado oficiálmente el otoño inicio este Soñando la Vida.
No es mi intención escribir a diario ni tan siquiera a la semana, no soy persona constante en esto de escribir. Además, es probable que no todos los días soñemos la vida, por que al tiempo de soñar también hay que vivir.
Tampoco nace este espacio con intenciones de ser leído por nadie, pues a nadie le interesarán mis sueños tanto como me interesen a mí. Pero si alguna vez algún perdido internauta se topa con esta botella de naufrago sea desde este momento bienvenido. A ese improbable lector le comunico que podrá dejar sus impresiones rogándole, eso sí, que respete al Soñador y sus sueños.
A modo de mera reseña biográfica comentar que soy charro de ascendencia cazurra, dedicado al noble arte de "las cuentas" y residente en una ciudad con universidad mal denominada ciudad universitaria.
Nada más para comenzar. Ya iremos desnudando el alma a medida que reflejemos los sueños de la vida.
Apago la luz. Es momento de dejar al Soñador que "Sueñe la Vida".
